Los alimentos crudos en especial las hortalizas, conservan sus células vivas, se distinguen de las cocinadas por su contenido en fermentos, éstos son muy importantes en nuestra nutrición porque producen una autodigestión de los alimentos introducidos en el tubo digestivo, esto es importante porque para hacer la digestión de una comida habitual, nuestro cuerpo necesita unos 8 litros de jugos digestivos, esto supone un enorme sobreesfuerzo para nuestro cuerpo, por eso una dieta donde hayan alimentos crudos en primera ingesta, facilita esa función y alivia nuestro aparato digestivo.
Los alimentos crudos triturados se digieren por sí mismos hasta poder ser absorbidos y usados fácilmente.
Estos alimentos contribuyen a la regeneración de las mucosas y las glándulas digestivas, facilita la proliferación de la flora bacteriana sana, el hambre se sacia más fácilmente por que nos hace comer menos cantidad.
Numerosos científicos nos dicen que comemos más de lo que necesitamos, comiendo menos mejoramos nuestra salud y evitamos el sobrepeso, es una realidad, ingerimos una cantidad enorme de alimentos porque si no nos sentimos saciados parece que no estamos bien comidos, pero podemos evitarlo intentando comer menos cantidad de lo que comemos habitualmente y notaremos una enorme mejoría.
Tomar hortalizas crudas como primer plato es la mejor opción en la comida principal del día, por la noche es mejor las verduras cocinadas.
Bibliografía: Nuevo libro de cocina dietética Dr.Bircher Benner